Cinco Discos Esenciales para Comprender a Antonio Mairena

Antonio Mairena no fue solo uno de los mejores cantaores que ha conocido la historia. Aunque esa aseveración sea indiscutiblemente cierta, resulta algo simplista si se contempla una visión amplia de su desempeño artístico. Además de sus virtudes vocales, Antonio fue un aplicado arquitecto del sonido flamenco, un concienzudo arqueólogo de estilos olvidados y un incansable defensor de un Arte al que dotó de una profundidad intelectual sin precedentes. Su legado discográfico es un vasto océano en el que un aficionado puede navegar felizmente durante toda una vida. Para quienes deseen adentrarse en su obra, estos cinco discos no son solo recomendaciones; son la brújula esencial para cartografiar el universo de un genio. Cada uno representa un pilar fundamental en la construcción de su legado y en la historia del flamenco.

1. La Gran Historia del Cante Gitano-Andaluz (1966)

Este no es un disco, es una catedral sonora. Grabado en 1966, es la culminación del proyecto intelectual y artístico de Mairena. Tras recibir la Llave de Oro del Cante, asumió la responsabilidad de fijar, organizar y legar lo que él entendía como el corpus fundamental del cante gitano-andaluz.

Por qué es esencial: Es la encarnación del Mairenismo en su máxima expresión. Funciona como una enciclopedia auditiva donde se despliegan con precisión de orfebre los estilos más arcaicos y solemnes. Es un trabajo de taxonomía flamenca, donde cada soleá, siguiriya o toná está clasificada y presentada con una pureza de líneas magistral. Aquí no hay lugar para lo accesorio; todo es esencia, estructura y hondura. Escuchar este álbum es entender lo que Mairena quería decir cuando hablaba de «cante grande». Es, posiblemente, el disco de flamenco más ambicioso jamás grabado.

  • Las piedras de tu calle (Soleares de los Puertos y Jerez)
  • No tiene comparación (Cantiñas de Cádiz)
  • A esas malas lenguas (Siguiriyas de la Edad de Oro)
  • Te encuentro llorando (Siguiriyas de Jerez)
  • A quien le contaré yo (Bulerías cortas)
  • Más hermoso que un clavel (Villancico por bulerías)
  • Ni el sol que va en su carrera (Bulería por soleá)
  • El cristal se rompe (Liviana chica, doble y tona, liviana)
  • Grandes guerras (Romance del Conde Sol)
  • A la Virgen de los Reyes (Soleares de Alcalá)
  • Me la lleve a un romeral (Romeras)
  • Estoy enfermo en la cama (Tientos)
  • Yo no lo comprendo así (Soleares de la Serneta y Triana)
  • De su majestad (Tangos de Triana)
  • Renegaba yo (Siguiriyas de Triana)
  • Cuando no te veo (Siguiriyas de Cádiz y los Puertos)
  • En alto voz (Debla, martinete y Tonás)
  • Yo vengo de Utrera (Fiesta Utrerana por bulerías)

2. El Calor de Mis Recuerdos (1983)

Si La Gran Historia… era la catedral, este es el testamento espiritual. Grabado en 1983, poco antes de su muerte, es un disco de una intimidad abismal. Mairena, consciente de que se despedía, elimina todo lo superfluo y se enfrenta al micrófono con la desnudez de quien ya solo respira cante.

Por qué es esencial: La emoción aquí lo es todo. Incluye joyas reconstruidas desde lo más profundo de su memoria, como la mítica «Toná de los Pajaritos», que él mismo rescató de una «nebulosa» onírica, tal como relató a Paco Vallecillo. El cante se vuelve confesión, despojo y legado último. Las guitarras de Pedro Peña y Enrique de Melchor tejen un diálogo sobrio y perfecto. Escuchar este disco es asistir a la despedida de un Patriarca que, «ligero de equipaje», como el poema de Machado que él mismo evocaba, solo se lleva la esencia de su arte.

  • Con Los Repiques
  • Mis Recuerdos De Charamusco
  • Aires De Triana
  • Dichosa Hora
  • Me Siento Y Me Pongo A Pensar
  • Me Haces Prevelicar
  • La Madrugá

3. Honores a la Niña de los Peines (1969)

Antonio Mairena siempre profesó una veneración sin límites hacia sus maestros. Este disco es un monumento de gratitud y de reivindicación a la que consideraba la mayor cantaora de la historia: Pastora Pavón.

Por qué es esencial: Lejos de ser una simple mimetización, Mairena realiza una recreación magistral del legado de Pastora. Le devuelve al cante su dimensión de jondura atávica, rescatándolo, a su propio parecer, del entorno más frívolo en el que a veces se movió la Niña de los Peines en sus últimos años. Al hacerlo, no solo honra a su maestra, sino que dignifica aún más su figura, demostrando la profundidad y el genio que latían bajo sus cantes. Es un ejercicio de justicia histórica y de amor al arte, cantado con una precisión y un conocimiento que solo un discípulo de su talla podía lograr.

  • No vuelvo a verte (Soleares de Cádiz)
  • Eres doctora (Garrotín)
  • Me las cuenten a mi (Cantiñas)
  • La via yo diera (Seguiriyas a Pastora)
  • Cuando pasas (Bulerías cortas)
  • Por pobre (Tientos)
  • En el mundo (Soleares a Pastora)
  • Lloran por Granada (Romance)

4. Cantes de Cádiz y los Puertos (1973)

Este álbum es la prueba definitiva de que el Mairenismo no era localismo ni lo pretendió nunca. Mairena, nacido en la provincia de Sevilla, se sumerge aquí en el corazón de la escuela gaditana y portuense con la autoridad de un nativo.

Por qué es esencial: Demuestra la universalidad de su conocimiento. Con este disco, Mairena silenció a quienes podían acusarle de centrarse solo en los cantes de su tierra. Se adentra en alegrías, cantiñas, mirabrás y romeras con una naturalidad y un sabor asombrosos. Es un trabajo que ensancha las fronteras de su propio legado y rinde tributo a la riqueza inagotable de los cantes de Cádiz, mostrando que su afán no era el de crear una escuela cerrada, sino la de abarcar y preservar todo el territorio del cante gitano-andaluz en su máxima pureza.

  • La mulilla (Bulerías)
  • Tanto llamar (Seguiriyas)
  • Mañana me voy (Tangos)
  • Por tu causa (Soleares)
  • Tres cuadros (Tanguillo)
  • A mis enemigos (Seguiriyas)
  • El salero (Cañas)
  • Desde el callejón (Tonás)

5. La Llave de Oro del Cante (1964)

Grabado poco después de recibir el preciado galardón en Córdoba en 1962, este disco es el manifiesto sonoro de lo que la Llave significaba para él. No es un premio a una carrera concluida, sino el acta de inauguración de su misión más importante.

Por qué es esencial: Aquí se percibe la ambición y la conciencia de destino que la Llave le otorgó. Es un disco potente, seguro de sí mismo, donde Mairena despliega todo su poderío vocal y su saber enciclopédico con una energía arrolladora. Contiene algunas de sus interpretaciones más icónicas y definitivas de estilos como la siguiriya o la soleá. Escucharlo es comprender el momento exacto en que Antonio Mairena asume el rol de guardián y faro del cante, un deber que ya no abandonaría hasta su último suspiro. Es el disco de un hombre que no se detiene a celebrar un triunfo, sino que echa a andar con una responsabilidad histórica sobre sus hombros.

  • Culpable una mujer (Fandangos verdiales)
  • De nuevo a quererte (Malagueña)
  • Del cielo te ha de venir (Polo)
  • No me respondió (Siguiriyas)
  • Si dos huesos me partieran (Martinetes)
  • Pasan los novios (Bulerías)
  • Al legar a tu puerta (Fandangos)
  • Un sombrerito de pelo (Soleares de Frijones)
  • A mí me lo pareciste (Granadinas)
  • Que agua se ve en la bahía (Tarantos)
  • Me viene persiguiendo (Soleares de Alcalá)
  • Dicen que van a hacer (Bulerías)

Estos cinco discos, en su conjunto, trazan el arco completo de una de las carreras más decisivas en la historia del flamenco. Desde la ambición enciclopédica y la reivindicación de sus maestros, pasando por la asunción de una responsabilidad histórica, hasta la despedida íntima y emocionada, representan la columna vertebral de un legado que sigue vivo, enseñando y conmoviendo, hoy como ayer.

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