Han pasado más de cuatro décadas desde la muerte de Antonio Mairena, pero su legado artístico e ideológico, agrupado bajo el término «Mairenismo», mantiene una vigencia sorprendente. Según el análisis de Manuel Martín Martín en la revista Demófilo, lejos de ser una reliquia del pasado, el Mairenismo es una escuela viva, una corriente que sigue nutriendo a generaciones de artistas y marcando el rumbo del cante jondo en su expresión más ortodoxa.
Una Corriente con Discípulos y Detractores
El artículo señala que el Mairenismo cuenta hoy con «un plantel de discípulos mayor que ninguna otra tendencia». Tres generaciones de cantaores han encontrado en la obra de Mairena el «silabario» del cante, uniendo el principio de lo jondo con su devenir. Pero su influencia no se limita a los artistas; también está presente en una nueva generación de analistas que estudian sistemáticamente su obra en congresos y publicaciones, asegurando la pervivencia de su pensamiento.
Esta vigencia se produce a pesar de vivir en una época de «acelerados cambios» y «seudoflamenquismo». Martín Martín reconoce que las opiniones sobre Mairena dependen de la postura de cada cual, pero subraya que «lo que nadie medianamente informado puede negar es la vigencia del mairenismo como corriente cantaora».
Los Pilares de la Escuela Mairenista
El Mairenismo se consolidó como una reacción contra los excesos de la Ópera Flamenca. Su objetivo fundamental, tal y como lo planteó Antonio Mairena, fue «reimplantar a los clásicos». Para ello, se centró en lo que él denominaba «cantes básicos» (soleá, siguiriya, toná…), desplazando a un segundo plano los estilos más ligeros y ornamentados.
Esta escuela se caracteriza por:
- Rigurosidad en la creación: Prima la perfección de la obra en forma y contenido.
- Pureza instrumental: No admite más acompañamiento que la guitarra y las palmas.
- Equilibrio musical: Ninguno de los tres elementos fundamentales (melodía, ritmo y armonía) prevalece sobre los demás.
- Labor de arqueología musical: Mairena se dedicó a rescatar, recrear y actualizar cantes antiguos que estaban en riesgo de desaparición.
Vigencia en Festivales y en la Ética Flamenca
La influencia del Mairenismo es palpable en la actualidad. Martín Martín afirma que si se analizan los concursos y festivales flamencos, «en los cantes que él llamó básicos predominan el sentimiento mairenista». Su técnica y sus formas «reina[n]» en estos ámbitos, lo que lo convierte en el «símbolo más preclaro hoy día de identidad flamenca».
Más allá de lo artístico, el artículo defiende la vigencia de la ética mairenista. Frente al «materialismo» y la búsqueda del «éxito fácil», Mairena encarnó valores como «el sentido de la responsabilidad, el compromiso, la dignidad, el respeto a los mayores, la prudencia, el autocontrol o la coherencia». En una época de «voces blancas y aniñadas» y «miseria moral de algunos subsidiados», la figura de Mairena se erige como un paradigma de integridad artística.
En definitiva, el Mairenismo no es solo una escuela cantaora, sino «un espíritu, un modo de ver lo jondo y una actitud ante la vida flamenca». Su vigencia demuestra que la búsqueda de la esencia, el respeto a la tradición y el compromiso ético con el arte siguen siendo, hoy más que nunca, faros indispensables en el universo del flamenco.
Artículo basado en el texto «El Mairenismo hoy» de Manuel Martín Martín, publicado en la revista Demófilo, Nº46 (2013).



